Monumento Natural Salto de Jimenoa

Jarabacoa es un hermoso municipio dominicano que, por su belleza natural y agradable clima, ha sido bautizado como la “eterna primavera”.

Ubicado a pocos kilómetros del poblado está el Monumento Natural Salto de Jimenoa, una de las principales atracciones ecoturísticas de la provincia La Vega.

Este destino turístico cuenta con dos enormes cascadas: una de 40 metros de altura y la otra de 60 metros de altura con una piscina natural.

Para llegar hasta estas maravillas naturales, existen dos rutas. La primera es un descenso por un sendero ecológico rodeado por exuberante vegetación tropical. Sin embargo, la más concurrida es la segunda que bordea el río Yaque del Norte y cruza por puentes colgantes.

Prohibido

• No se debe llevar radio o música con alto volumen que perturbe la paz de ese espacio.

• Por los puentes deben desplazarse sólo 4 personas a la vez.

• No hacer movimientos bruscos mientras camina sobre los puentes.

• No tirar basura.

• Hay algunos puntos donde está prohibido bañarse. Lea los letreros y pregunte antes de entrar al agua.

Otros Lugares para Visitar en la Provincia La Vega:

La Confluencia o El Malecón de Jarabacoa. Un balneario muy concurrido por los dominicanos y algunos turistas que gustan de conocer las bellezas naturales de este pequeño rincón en el centro de la República Dominicana. Su nombre se debe a la confluencia de los dos ríos dominicanos: el Jimenoa y el Yaque del Norte.

Catedral Inmaculada Concepción. Un templo imponente que le da la bienvenida a los visitantes del lugar y resalta por su diseño arquitectónico. Tiene una forma de fortaleza, inspirado en la Catedral Albi del sur de Francia. Su diseño guarda significados relacionados con la espiritualidad y la doctrina católica y combina elementos de arte bizantino y otros elementos arquitectónicos modernos.

El Santo Cerro. También conocido como el Santuario a la Virgen de las Mercedes, es una iglesia de color blanco-beige y techo de tejas rojas que fue construido en la cima de una colina donde Cristóbal Colón plantó debajo de un árbol una cruz de madera que fue un regalo de la reina Isabel la Católica.